martes, 7 de diciembre de 2010

De toros y ecologistas

Se acabaron las Fiestas de Quito, y la verdad lamento no haberme concentrado antes en este tema, los exámenes y la nostalgia me hicieron olvidar este blog por harto tiempo.
Escribo este post para librar de la manera más elegante posible mi opinión respecto ala polémica que causa la celebración de la Feria Jesús del Gran Poder en Quito. Me he dado cuenta de que conforme crezco, este tema se va tornando cada vez más delicado, y con el dolor del alma, cada vez me importa menos.
Es en serio, no sé si mi juventud extasiada en tener algo para defender se ha esfumado, o simplemente las exageraciones me estresan y desmotivan. Perdón.
Pues bien, como se sabe, la Feria Jesús del Gran Poder es la fiesta taurina más importante de América y son dos semanitas de los mejores toreros del mundo reunidos en la Plaza de Toros de Quito con sus trajes de luces y toda la parafernalia y ceremonia que implica la tauromaquia, eso sí, con el gustito nacional.
Desde hace unos tres o cuatro años que me he dado cuenta que hay grupos que se oponen a la"Fiesta Brava" por una cuestión razonable que es la defensa de la vida del toro. Hacen huelgas, protestan afuera de la plaza, y ha alcanzado un nivel tal que nunca faltan los debates en favoir y en contra de este evento.

Tengo amigos en ambos bandos.
Y en el fondo, creo que ambos bandos (los bandos, no mis amigos) son una porquería.
Es que, en estas fechas, la gente, sea joven o ya mayor de Quito, se dividen tanto como Demócratas y Republicanos en Estados Unidos...y eso es un extremo estúpido.

Por un lado tenemos a los que disfrutan de esta fiesta, a los cuales, desde mi punto de vista, desde lejos y desde una ciudad taurina como es en la que estoy viviendo actualmente hay más cosas a reprochar que la asistencia a las corridas.
Estos defienden las corridas por el "ambiente"; seré sincera, y lo digo con el testimonio de un pamplonés de pura cepa, es el mayor motivo. A muchos les parecerá una excusa barata, pero en verdad es un sitio de ambiente festivo, de estética y de color...y duela a quien duela, es inevitable sentirse alegre ahí. Es decir, persuade mucho a la alegría colectiva, sin contar que uno va a estar con gente que le agrada.
Ahora, viene las cosas a las que no les encuentro motivo, y pues, me hacen querer golpear a estos visitantes con su bota rellena de zhumir (los más asquerosos optan por vino Graviña).
La primera es de por sí la matanza del toro. Debo admitir que el acto de torear con el capote y todos los movimientos y el color son un espectáculo digno de verse; pero las banderillas, la estocada y toda esa humillación, creo que es solo uno de los vestigios que indican que alguna vez España, la que nos conquistó, fue parte de la brutal Roma Imperial, es primitivo y es morboso.
Yo creo que en ese caso, de haber corridas, deberían ser sin la muerte del toro, que se yo, poniendo nuevas ideas que mantengan la estética, pero sin todo el gore que hay de por medio.

La otra cosa que si les mezquino a estos y con demasiada razón (y agradezco a mis padres, una vez más, el haberme inyectado consciencia de identidad para no caer en esto), es que en esas dos semanas se vuelven más castizos que la puerta de Alcalá. Son Fiestas de Quito, y todos andan con sombreros cordobeses, las más osadas con claveles en el cabello, abanicándose y agregando un acentico español que no tienen derecho a agregar. es QUITO, no SEVILLA, por lo que no se debería usar la Feria como excusa para sentirse extranjero. Lo digo así porque yo soy extranjera en un país, y arde mucho saber ese gusto por hallar excusa para negarse a uno como ecuatoriano....eso arrrrde como nada. Es en serio, no se ven elegantes, no se ven mundanos, se ve ridículo y forzado. Si vas a eso, vístete decentemente y déjalo así, que el de las luces es el torero.

Ahora, a los ecologistas. Siempre he creído que tener causas que defender o motivos por los cuales luchar y darte un espacio en tu vida es algo muy bueno, y pues, las causas ecológicas son un buen motivo, sano y justo para vivir. Creo que la labor que hacen de defender los derechos de los seres vivos es importantísima y que si, les daré la razón en lo de la matanza.
Ahora viene el "pero". Tengo muchos amigos que se unen a esta causa y los quiero, pero en mi vida encontraré gente más necia y cuadrada en lo que a los temas que defienden respecta. Siempre he creído que es bueno transformar conciencias y atraer gente al lado bueno, pero eso no se logra insultando, agrediendo u obligando al otro a sentirse mal por lo que hace. Yo creo que la mejor forma de hacer campaña para que esto se detenga, es buscar un punto medio, como diej antes, y no ahogarse en un vaso de agua. Gracias a los ecologistas exagerados mi mail se llena de spams donde además mienten respecto de la previa del toro antes de entrar al ruedo. Si desean mover gente a que se detenga esto, primero, no mientan. La verdad es mucho más fuerte y más tangible. Segundo, no veo por qué se debe empelar la violencia verbal para estas situaciones. Y seré sincera, eso solo hace que los aficionados a la tauromaquia los tomen menos en serio, y por ende, va a existir el deseo de fastidiarles más.

Pues bien...he dado mi opinión. No busco el hedonismo como los que asisten a las corridas (a las que no negaré, he ido muchas veces) ni tampoco mover el mundo a latigazos como los otros. Sugiero un término medio como el caso de Portugal, para que no haya sangre, pero se mantenga la Fiesta, que arda a quien arda, ya está demasiado arraigada en la identidad quiteña.