domingo, 23 de enero de 2011

....P...U....N....T....O....S....

De vez en cuando me gusta mucho mirar hacia atrás.
No, para nada, vivir en el pasado es muy distinto a lo que yo hago. Yo sólo me limito a contemplar, no a revivir.
No podría imaginarme sin mirar por encima de mi hombro a aquellas piedras que pisé, y me ayudaron a besar el suelo en esos momentos precisos donde necesitaba el afecto de la razón.
Tal como ahora, hace un segundo como máximo.
Y es que, cuando miro lo que va quedando junto al sello de mis pasos, me gusta más. Se va haciendo pequeño, pequeñito, ínfimo y diminuto hasta convertirse en un punto.
Sí, deja de ser una figura para convertirse en uno de los millones de elementos que forman ese cuadro puntillista que se llama día.
Puede que ya no lo vea tan claro.
No sé su color.
No sé su forma real.
No sé ya donde reposa.
No sé ya bien qué o quién es.
Pero si no estuviera ahí...ese cuadro se sentiría vacío, inacabado, infeliz....
Es mi puntillista mundo de puntos. Y punto.

lunes, 17 de enero de 2011

So what?

Son las 7 y media de la mañana, y un cruel sentimiento de vergüenza ajena me ha invadido, ha recorrido cada surco de mi interior y se ha instalado entre mis cejas, que arqueadas le reciben, vergonzosamente calurosas.
Normalmente ese insecto de la vergüenza ajena y la mofa fácil me chupa mililitros de sangre cada vez que leo algun nick de Ricardo Arjona, o una frase de esa película "The Notebook" en perfiles de niñas que creen que eso es poesía de la más fina.
Lo mejor, lo más delicioso de ese banquete de morbo que me atraganto, es que esa gente tiene compinches que le secundan con "likes" (después de que ella lo haya clicado, orgullosa de su obra literaria) y que prosiguen con un !NoOoviaaaah q bien ezcribeeeessss!!!!" para así cerrar ese círculo de recarga literaria exagerada.
Muchos deben estar pensando "Esta tonta se cree mejor que estas chicas, cuando no sabe escribir ni un ajo de bien". En mi defensa, puedo decir que tal vez mis contextos sean aburridos, mi estructura vacua y mis tópicos sosos; sin embargo, me tomo la molestia de revisar mi ortografía por consideración a mis pocos lectores, y porque vamos, es una simple cuestión de educación.
Segundo, les obligo a leer la posible descripción que ustedes puedan dar de mis textos, ubicada cinco líneas más arriba, recordándoles que esto es una bitácora, de memorias e ideas no tan personales, pero que además se abre a quien desee leerlo, no es un llamado de atención para inyectarme ego, como es con estas chiquillas.
Así que hoy, regresando a mi maldad habitual,me río de esos nicks y artículos de facebook que me recuerda cuán solos están los estúpidos a pesar de estar tan físicamente cerca. Esa soledad les obliga a citar a "Dragón y Caballero" o a Arjona, para que los de su calaña les reconozcan y crean que esa cita a un cantante de maquinita es una obra de arte.
En el fondo,
creo que extrañaba
a mi viperina

miércoles, 12 de enero de 2011

Mi delirio por Steve McCurry

Siempre he soñado con la fotografía.
Nací en una familia donde la captura de imágenes y el descubrimiento de tierras nuevas lleva el pan a la mesa; no es que mi padre sea fotógrafo y mi madre antropóloga, son un dibujante y una agente de viajes, gente que en esa mínima magnitud me ha inyectado en los genes una memoria fotográfica bastante admirable he de admitir, y una pasión por ver los momentos e historias que una fotito puede atrapar.

Steve McCurry, sin lugar a dudas es mi fotógrafo favorito. Hay genios clásicos como Robert Doisenau o geniazos de la fotografía paisajística como Stephen Alvarez. Pero Steve McCurry, es el maestro de los rostros.
Solo es cuestión de ver su más famosa fotografía,Sharbat Gula, la niña afghana que salió en la portada de National Geographic.


Esta foto dio la vuelta al mundo y causó tanto impacto debido a la expresividad de la mirada de esta joven. En un país asolado por la Guerra, Steve McCurry la encuentra en un campo de refugiados y captura al mar furioso y sufrido que se encierra en los ojos de Sharbat Gula. Una mirada que conmueve, que agita, que hace sentir culpable al mas inocente de los corderos.

Sin embargo, a pesar de que esta sea su foto más memorable, McCurry tiene imágenes que , por lo menos a mi, me llegan al corazón, o por lo menos sucedió eso una tarde en un centro comercial de Quito, donde esnocntré un libro sin letras, solo el título "McCurry", y a partir de ahí, rostros y rastros de una humanidad en cambio constante, pero que, como el niño pequeño que es, todavñia se aferra a las faldas de una madre piadosa y moribunda llamada Tradición.
Esas páginas se llenaban de color, folklore, alegría, inocencia, injusticia, resignación y vejez. Cada retazo de tela que hacía una vestimenta, cada experiencia guardada en la bóveda de una mirada, cada vida regsitrada con esa cámara en el momento preciso, me hace creer que McCurry es, como buen fotógrafo, alguien que trata de preservar un tesoro, aunque sea como una visión lejana, un tesoro que se encuentra en la belleza de la diversidad humana.







Es sencillamente espectacular.....rien plus a dire

Fear


Tengo Miedo.
Miedo de mi misma.
Miedo de volver a traicionarme como solía hacerlo.
De forma frecuente, descarada y triste.
Tengo Miedo.
Pánico tal vez, a que la luna llena aparezca,
a que la luna me devore con su blanca amnesia y me haga olvidar aquello que me mantiene estable, tranquila, infelizmente feliz.
Tengo ese miedo atravesado en mis ojos,
miedo a odiar lo que me he vuelto y amarlo por obligación,
miedo a regresar a la jaula del circo negligente del que escapé, ese circo que si mal no recuerdo, se llamaba "La Rabia".
Tengo miedo, de verte a los ojos y hallar el rencor, el temor apenas justificado, la lástima, el hastío.
Y todo, tal vez por mi culpa....
por eso, tengo miedo de mi misma.