No pasa mucho tiempo, que solo veo, veo y veo.
Veo al cielo caerse mientras la lluvia sube.
Veo al suelo correr encima de la gente.
Veo a los oídos gritar mientras las bocas se cubren.
Veo a los perros lanzar comida a sus amos.
Veo todo al revés.
Posiblemente no veo nada.
Pasa el día, pasa el atardecer, pasa la clase, pasa el recreo, que todo me da lo mismo.
Las voces suenan graves y algo lelas, como en cámara lenta.
El aislamiento no es motivo para estar tan aburrida, tan dolida, tan asquerosa e indeseadamente emo.
Es más, no sé ni siquiera el por qué de sentirme así. Muchos que sienten lo mismo que yo, la plena tampoco lo saben.
Pasa demasiado tiempo, y yo solo veo, veo y veo.
Veo como el mundo está al revés.
Como los tontos sufren por conocer.
Como los sabios se jactan de saber y controlar.
Como las estrellas me ven desde abajo.
Como yo golpeo a las gotas de lluvia.
Pasa el tiempo y solo pienso, pienso y pienso.
Ya no veo más
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