de tierras verdes, soles asesinos y montañas habladoras.
Tengo en mi cajón una caja con aquel recuerdo,
de melodías tristes de un viento trobador y helado
me susurra,
me acaricia
me congela.
ese recuerdo huele a café y canela, sabe a naranjilla y mango.
Tiene unas alas enormes y negras como la noche, una cola larga y turquesa como el amanecer.
Tiene el aguijón mortal de la nostalgia, este recuerdo tan travieso y adredista. Tiene el aguijón certero,
y yo, yo tengo el blanco perfecto.
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