Siempre he creído que al poeta se le sobre valora de manera desmedida.
Es en serio, siempre he pensado que la mayor aspiración de aquellos que saben unir dos o tres líneas de palabras con sentido y forma, es ser poetas (que lleguen a escribir versos de Arjona o que igualen a Neruda es caso aparte).
Ojo! no estoy haciendo propaganda en contra de los fans de los versos y la métrica, porque el saber unirlos y obtener de ahí un engendro bello y astuto es un talento inimaginable...pero aun así, siento que se sobrestima el valor de la poesía en el mundo de la literatura, por no decir el arte en general, en especial porque yo, gran admiradora del relato, la reseña y la crítica, veo que la poesía limita mucho al ave de la inspiración.
Al ser mi blog, comento lo que se me da la gana, y amo esa potestad de tener diarrea mental y verbal cada que hay sequía de libertad en el mundo real, sonde las palabras usan el silenciador de los revólveres, y por ello digo, que para mí, el usar la prosa como un premio de consolación, como una mujer segundona que trata de reemplazar a la antipática rubia de la poesía, es un acto de cobardía y crueldad; no contra las letras, sino contra uno mismo, contra sus capacidades, contra su inspiración, y por ende, contra eso que alimenta ala estética milagrosa del arte.
Prosa, te amo, te deseo, te extraño
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