Mi mama me dice que he engordado....

Papi me dijo que no llore...pero simplemente no puedo evitarlo. Es mi pereza, mi amor por el pan y a la final, mi fisonomía tampoco ayuda.
Soy hija de un par de gorditos adorables, que la plena me hacen ver un futuro no tan prometedor.
Ya no es culpa, en definitiva. Me piden que no llore, tras insultos despectivos que recibía en kindergarden y en el primer año de escuela. El que muchos chicos que me han gustado me hayan desechado por mis delgadas congéneres. Tras dietas, sesiones de Slender Quest y una que otra ofensa que incluso venía de mi propia casa. No hay por qué llorar después de tanto tiempo que ha pasado y de un novio que me dice que mi cuerpo es bonito.
En esta situación veo las ironías de la vida. Hubo una época no muy remota en la que mis abuelos y toda, toda mi familia mataban, asaltaban y hasta se unían a partidos políticos con tal de que yo coma. Ahora que estoy comiendo, me dicen que estoy gorda.

Pechan.
Mrs. Piggy
Súper Cerdita.
Puerquita.
Gorda.

Algunos sobrenombres de mi infancia....muchos provienen de lugares poco imaginados . También existieron los comentaros médicos poco alentadores y la paranoia de mis progenitores con respecto a la gordura.


Agradezcan que solo es medio kilo. No 40.
Agradezcan que he vuelto a comer. No a botar lo que me servían.
Sean comprensivos y serenos. No me ataquen.


Gracias.



Bon voyage...et bon appetite, je crois.