Caen de nuevo como ácida lluvia de Bach.
Me persiguen, yo me las como. Saben dulcemente mal.
Amargas las gotitas de rescate, son como esponjitas en estado líquido.
Acaso las ingiero para que absorban la pozoña de la soledad?
Acaso son esponjas que se hinchan con mi anhedonia?
Gotitas de Rescate sabor a chocolate en bruto.
Las persigo, me esquivan. Saben a una utopía rasgante.
Dulces las gotitas de rescate, saben a vino hecho de cardos.
Siempre son así de eficaces y traidoras?
Siempre debo soportar sus efectos colaterales?
Gotitas de Rescate, sabor a la tristeza que se devoran de mis tripas......
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