jueves, 21 de marzo de 2013

Volver y sentir que veinte años, no es nada...

Cuando cumplí dieciséis años, vi el blog de un amigo mío y me interesó la oportunidad de escribir y ser leída. Por demás está decir que en aquellos tiempos yo tenía ínfulas de gran promesa de la literatura por saber juntar dos o tres metáforas de manera decentemente melodiosa. Han pasado los años, y aunque yo he cambiado, desde cosas tan triviales como el corte de cabello hasta mi actual ubicación geográfica, este blog, el escarlata, se ha quedado junto a mí, incluso en los momentos en los que le he dejado olvidado, o peor todavía, cuando regresaba a mis primeros posts sólo para ver que estaba llena de errores tipográficos que delatan la aceleración adolescente de esos tiempos, y de temas ridículos, triviales, egocéntricos en muchos casos; y mejor no hablar de los poemas o textos de índole abstracta, a los que nunca podré poner un adjetivo, sea bueno o malo.
Pese a haber hecho publicaciones hace un año o dos, puedo decir que vuelvo cuatro años después, y con una mentalidad nueva. El retorno me hace confirmar que cuando uno crece, deja de estar tan lleno de luz y se empieza a perfilar un lado más reflexivo, que puede llegar a lo retorcido, según el entorno donde uno se desarrolle. Llevo tres años en España, y se puede decir que el vivir sola, alejada de lo que siempre he conocido y dominado, con gente de distintos colores y sabores, y en una carrera que  hace saltar a mi vena sociológica, he llegado a muchas conclusiones respecto a qué puede aparecer en este blog, ahora que me he llenado de escenas y pensamientos, por lo mismo, es importante aclarar ciertas cosas:

1. Este no va a ser un blog de viajes, pero es inevitable hablar de la experiencia como extranjera.
2.Este blog es cada vez más impersonal. Es verdad que serán reflexiones salidas de mi cabeza, pero en su mayoría, involucran más a lo que veo a diario, me afecte directamente o no.
3. Muchas veces hablaré de sociedades en general, de grupos colectivos con un nombre genérico que no hace referencia a nadie en particular (aunque la cotidiaidad me regale ratones de experimento para atestiguar y confirmar mis hipótesis), por lo mismo, se aplica una sentencia muy ecuatoriana pero muy eficiente: AL QUE LE LLEGA, LE LLEGA, AL QUE NO, NO.
4.Considero muy importante decir que como humanista de convicción (aunque no de título) la diversidad, tanto cultural como de mentalidad es la que enriquece a la colectividad humana, por lo mismo, a los pocos que alguna vez lleguen a este blog, me gustaría decirles que sé bien que NO TODOS SOMOS IGUALES, así que quiero que se entienda que no meto a todos en un mismo saco ni hago pagar a justos por pecadores (en el caso de hacerlo). Sé que hay gente maravillosa en la Tierra, y gracias a la vida, he podido disfrutar de su paso por mis ojos y corazón. Solicito por tanto, una apertura de mente a la hora de leerme, porque puedo sonar a una radicalista, cuadrada de cabeza y cabezona, pero quiero siempre mantener firme el principio de que sé que hay gente estupenda, inteligente y humilde que jamás cabrá dentro de las críticas que en algún momento pueda llegar a hacer.
5. A veces me enredo, pido paciencia o mejor aún, una llamada de atención en el caso de que sea muy cantinflesca.

Blogs hay miles por el mundo, y éste no aspira a dominar el internet, pero si puede ser leído, y si llega a alguien para despertar su curiosidad, capacidad crítica, o una carcajada burlona, pues bueno, habré aportado algo.
Cuatro años después, con veinte años y vivencias que jamás esperé colocar en mi cabeza, regreso a mi viejo Escarlata, y aunque esté fatigada, con una mirada más opaca, con el alma marchita de Gardel, me prometo no abandonarlo, porque como dice el tango, "Veinte años no es nada..."


1 comentario:

m/runa dijo...

suena bien...

pasa el tiempo eh?