Me pareció de mal gusto porque es querer restregarnos en la cara que por ser el lumpen de la escala vital (léase adolescentes), no somos ni de aquí ni de allá.
Justos pagan por pecadores, y desde Adán, han habido más bobos que vivos y toca pagar los platos que ellos han roto.
Cuando llegué a la casa,, le estaban festejando a mi jamona (es decir, la hija de mi prima), a mi primito le habían dado caramelos, un set de chocolates Kinder en el cole. Y yo, sola, con las manos vacías y el estómago ansioso, opté por preguntar si habría algo para mí.
Y la respuesta no fue hablada, fue una mirada de "aaay Camila Isabel"que raya de berreada y frecuente en esta casa (mi entusiasmo hiperactivo y mi lujurioso humor negro asusta en este edificio). No tuve que decir nada, incliné mi nido de marañans castañas y subí a mi apartamento.
Pasó la tarde, las matemásticas me carcomieron nuevamente, como ese halcón que devoraba el hígado recién mejorado del triste Prometeo. Cuando mi mami llegó, el halcón se acercó a devorarme nuevamente.
Le pregunté que por qué no había nada que conmemorara, acolara o celebrara una etapa tan importante como es la definición y desarrollo de una persona, la eternamente martir Adolescencia. Su respuesta bastó parz que yo deje de joder el resto de la noche:
"no les celebran porque son unos brutos."
Perdonarán, es que es jodido no ser complicado. Y más jodido es ser bruto.
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