Son las 7 y media de la mañana, y un cruel sentimiento de vergüenza ajena me ha invadido, ha recorrido cada surco de mi interior y se ha instalado entre mis cejas, que arqueadas le reciben, vergonzosamente calurosas.
Normalmente ese insecto de la vergüenza ajena y la mofa fácil me chupa mililitros de sangre cada vez que leo algun nick de Ricardo Arjona, o una frase de esa película "The Notebook" en perfiles de niñas que creen que eso es poesía de la más fina.
Lo mejor, lo más delicioso de ese banquete de morbo que me atraganto, es que esa gente tiene compinches que le secundan con "likes" (después de que ella lo haya clicado, orgullosa de su obra literaria) y que prosiguen con un !NoOoviaaaah q bien ezcribeeeessss!!!!" para así cerrar ese círculo de recarga literaria exagerada.
Muchos deben estar pensando "Esta tonta se cree mejor que estas chicas, cuando no sabe escribir ni un ajo de bien". En mi defensa, puedo decir que tal vez mis contextos sean aburridos, mi estructura vacua y mis tópicos sosos; sin embargo, me tomo la molestia de revisar mi ortografía por consideración a mis pocos lectores, y porque vamos, es una simple cuestión de educación.
Segundo, les obligo a leer la posible descripción que ustedes puedan dar de mis textos, ubicada cinco líneas más arriba, recordándoles que esto es una bitácora, de memorias e ideas no tan personales, pero que además se abre a quien desee leerlo, no es un llamado de atención para inyectarme ego, como es con estas chiquillas.
Así que hoy, regresando a mi maldad habitual,me río de esos nicks y artículos de facebook que me recuerda cuán solos están los estúpidos a pesar de estar tan físicamente cerca. Esa soledad les obliga a citar a "Dragón y Caballero" o a Arjona, para que los de su calaña les reconozcan y crean que esa cita a un cantante de maquinita es una obra de arte.
En el fondo,
creo que extrañaba
a mi viperina
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