sábado, 1 de octubre de 2011

Qt

Me hace falta estar gris.
Me hace falta el usar una bufanda y un abrigo negro bajo el sol perpendicular, esperar a que el atardecer le robe el espectáculo y me deje caminar luciendo mis mejores galas.
Me hace falta tener un ruido del cual huir,monstruos metálicos que van a 60 km/h mientras compiten por devorar a ovejas idiotas que esperan en su redil, casi voluntariamente.
Me hace falta un pavimento extenso, sucio y algo roto, que sin ser muy kistch, logra combinarse con los verdes de un parque inmencionable, invisible, intocable y vulgar.
Me hace falta el deseo de echar humo a escondidas, mientras busco a Electric Feel en mi ipod.
Me hace falta caminar sin sentirme tranquila, caminar con cautela, esperando cazar y no ser cazada.
Me hace falta ver caras extrañas, miradas frescas, piernas cortas y nada de moda, nada de marcas, solo parapetos que oculten la verdadera realidad de esos seres tan parecidos a mi.
Me hace falta sentir que todo está lejos, que necesito treparme en un burro de metal para llegar a casa, que cada calle es un planeta, que cada paso jamás significará mucho.
Me hace falta sentir frío y calor a la vez,
me hace falta sentir la sensualidad de los cristales, el frío coqueteo del metal, y el seductor silencio de piedras abuelas.
Me hace falta la orgásmica sensación de la música en mis oídos mientras camino al compás de un ritmo que no es.
Me hace falta el efecto que Quito tiene sobre mí.

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